Uno de los comportamientos característicos de los gatos son los gestos a veces «extravagantes» que hacen con el culito. Probablemente recuerdes la última vez que tu gato se dio la vuelta para mostrarte el trasero… Pero, ¿cuáles son las funciones de esta parte del cuerpo de tu gato? ¡Aquí tienes 6 cosas que debes saber sobre el trasero de tu gato!
El trasero de los gatos les ayuda a comunicar
Los gatos tienen glándulas anales a ambos lados del ano. Estos sacos anales producen un líquido que desprende un olor único, propio de cada gato. Según el caso, el fluido puede ser líquido o pastoso. El color del líquido varía del amarillo al marrón oscuro.
Para los humanos, el olor de este líquido anal es bastante desagradable. Sin embargo, para los felinos es un medio de comunicación muy importante. Es una especie de carné de identidad que contiene información precisa sobre el gato que lo ha producido:
- Sus emociones ;
- Su origen ;
- Su rango social.
Por ejemplo, cuando tu mascota está estresada (o tiene mucho miedo), sus glándulas anales producen feromonas de alarma que pretenden alejar lo que le asusta. Esto sucede a menudo en el veterinario. Además, cuando hay varios gatos en una casa, es en parte gracias a sus secreciones anales que pueden reconocerse entre sí. Por eso suelen tener la costumbre de olerse el culo.
Dan pistas sobre la salud de tu gato
Una de las funciones de las nalgas del gato es asegurar la evacuación de los residuos del sistema digestivo del animal a través del ano. Así que, prestando atención a esta parte del cuerpo de tu amigo peludo, puedes aprender mucho sobre su salud. Por ejemplo, cuando tu gato empieza a arrastrar el culo por el suelo (incesantemente), es una clara señal de que algo va mal. Podría tratarse de un picor debido a una obstrucción en sus glándulas anales. Si este es el caso, será necesario el vaciado manual.
A veces, los gusanos también pueden ser la causa del picor que hace que tu gato arrastre las nalgas por el suelo. Por último, el problema también puede deberse a una alergia ambiental (pólenes, ácaros, pulgas, mohos) o alimentaria (productos lácteos, pollo…).
La forma de las cacas de tu gato también te dice mucho sobre su salud. Si están bien formados, es una buena señal. Pero si son acuosos, entonces puede haber un problema.
Es parte de su equilibrio
¿Te has dado cuenta de que, antes de abalanzarse sobre un objeto o de atacar a una presa, tu gato mueve las nalgas de forma extraña? Es un movimiento perfectamente natural que ayuda a tu gato a encontrar el equilibrio óptimo para abalanzarse con eficacia. En otras palabras, mover las nalgas es una forma de obtener apoyo antes de pasar al ataque.
Recuerda que son sus dos patas traseras las que, como resortes, le permiten impulsarse hacia adelante a la velocidad que desee.
Le permiten mostrarte su afecto
El gato es un animal mucho más expresivo de lo que solemos pensar. Y sus nalgas son uno de los órganos que utiliza para enviar mensajes o señales a los demás. Así que cuando tu amigo peludo te enseña las nalgas, no es para molestar o provocar. Tampoco es un gesto sexual, como piensan algunos.
Es simplemente una muestra de afecto. Al mostrarte su trasero, tu gato te está haciendo saber que te considera una persona importante y una figura materna en su vida. A veces incluso puede frotar su trasero contra tu cara. Se trata de un comportamiento instintivo que todos los felinos adquieren en algún momento después del nacimiento.
Además, cuando tu gato te presenta sus nalgas, significa que confía mucho en ti. Indirectamente te está permitiendo conocer su información íntima. Por supuesto, no espera que le huelas el ano, pero el gesto sigue siendo simbólico.
Son partes muy sensibles
Las nalgas de los felinos son partes muy sensibles de su cuerpo. Esto se debe a la presencia de un gran número de nervios en su zona perianal. Por lo tanto, cuando un gato se hiere el trasero, siente un dolor muy intenso.
Esta zona en particular es también muy susceptible a ciertas infecciones. Por ejemplo, si tu gato tiene sobrepeso y no puede acicalarse correctamente, puede producirse una inflamación en las nalgas (la zona anal). Por lo tanto, es necesario estar muy atento a esta parte del cuerpo de tu felino para que no sufra en caso de enfermedad o infección. Ten en cuenta que los sacos anales también pueden provocar una inflamación en el ano de tu felino si éste es obeso.
Por el contrario, cuando tu amiguito está sano, si le rascas el trasero, puede sentirse muy bien. Recuerda que esta zona también se utiliza durante el apareamiento.
A veces se lo limpia frotándolo por el suelo
Debido a su anatomía, tu gato no puede tocarse el ano con las patas. Sin embargo, no es infrecuente que los excrementos o los pequeños insectos se atasquen en el pelo de esta zona. Para hacer sus necesidades en estas situaciones, el animal se frota las nalgas contra el suelo. La presión que ejerce en el suelo con los músculos de las nalgas suele ser suficiente para limpiar el vello alrededor del ano.
¿Cómo puedo limpiar el trasero de mi gato?
Ahora que lo sabes todo sobre el culito de tu gato, ¿cómo puedes limpiarlo para garantizar el bienestar óptimo de tu bola de pelo? He aquí algunos consejos prácticos.
Limpiar regularmente los restos de heces que se pegan a su pelo
A veces, la salud (o la edad) de tu gato le impide limpiarse correctamente. En estos casos, hay que ayudar. Utilizando toallitas para gatos o paños, limpia periódicamente los restos de heces que se hayan adherido a su pelo trasero. Se suave y ten tacto para no irritar la piel de tu gato.
Ten cuidado de no utilizar productos químicos durante estas sesiones de acicalamiento. Deben evitarse las toallitas íntimas y las toallitas para bebés.
Recortar el pelo según sea necesario
Si hay demasiado pelo en la zona que rodea el ano de tu gato y no puedes limpiarlo correctamente, puedes cortarlo. Para ello, necesitarás una recortadora especial, disponible en las tiendas de animales. En caso de duda, llama a un peluquero profesional.
Darle un baño adecuado
Si las cacas pegadas al pelo de tu mascota son demasiado duras o numerosas, puedes darle un baño adecuado. Sumerge sus cuartos traseros en agua corriente (mezclada con champú para gatos) para ablandar los nudos. A continuación, puedes ponerte los guantes de goma para terminar el aseo. Por supuesto, esto puede ser una prueba complicada, ya que la mayoría de los gatos no son fan de los baños. Tendrás que cortarle las garras antes para evitar que te haga daño si no te deja, también puedes cansarlo antes jugando con él y asegurarte de que has cerrado la puerta del baño.
¿Qué hay que recordar? Las nalgas de tu gato son uno de los órganos más versátiles de su cuerpo. Lo utiliza para comunicarse, para hacer sus necesidades y para equilibrarse antes de atacar a su presa. También es una zona muy sensible. Así que no dudes en acudir al veterinario si tienes algún problema.