Ya sea en el extremo de un hocico alargado o en uno aplastado, el hocico de un perro siempre causa impresión. Normalmente de color oscuro, que va del marrón al gris pasando por el negro, la nariz forma parte del sistema respiratorio y olfativo del perro. Esta «nariz» consta siempre de dos orificios nasales. Dentro de cada una de ellas, el pliegue alar permite dividir el aire inspirado. Una parte se utiliza para respirar y la otra se dedica a la detección de olores.
La pared externa del hocico está compuesta por una epidermis muy gruesa, a veces húmeda, a veces seca. ¿De dónde procede esta variación? ¿Debo preocuparme si mi perro tiene el hocico seco?
¿Cómo funciona el hocico de mi perro?
La nariz del perro desempeña un papel esencial en el mejor amigo del hombre y le permite hacer dos cosas principales: respirar y distinguir los olores.
Un órgano respiratorio
La nariz y el hocico son las partes visibles del sistema respiratorio del perro. Lo completan la boca, la faringe, la laringe, la tráquea, los pulmones y el diafragma. Al inspirar y espirar por las fosas nasales, el perro mueve el aire dentro y fuera de su cuerpo, igual que su dueño.
El sistema respiratorio de tu mascota funciona de forma muy parecida al tuyo. Los perros también pueden respirar por la boca cuando realizan un esfuerzo físico importante o cuando tienen calor. Al hacerlo, un perro que se queda sin aliento se priva parcialmente de la función olfativa de sus fosas nasales. Los perros que están alerta siempre tienen la mandíbula cerrada para oler mejor los olores y concentrarse en su objetivo.
Un órgano olfativo
El olfato de un perro está 40 veces más desarrollado que el de un ser humano. El hocico es, por tanto, una zona esencial para captar los olores. Su percepción sirve al perro para varios fines.
En primer lugar, el olfato es, junto con el oído, el medio más eficaz que tiene el perro para orientarse. El olfato permite al perro saber dónde está y familiarizarse con su entorno inmediato. En segundo lugar, los olores ayudan al perro a buscar y apreciar su comida. Su olfato también le permite reconocer a una hembra en celo, ya que emite un olor específico. Por último, las feromonas en el aire ayudan al perro a evaluar sus interacciones con otros animales, juzgando si son amistosas u hostiles, por ejemplo. Por eso los perros se olisquean cuando se encuentran.
¿Por qué mi perro tiene el hocico húmedo?
A diferencia de nuestra nariz, el hocico de los perros suele estar húmedo. ¿A qué se debe? ¿Para qué le sirve?
Una condición normal
Por naturaleza, los perros tienen la nariz ligeramente húmeda. La punta de la nariz está cubierta de una mucosidad que protege la piel. Esta sustancia le ayuda a captar y analizar mejor los olores. Por tanto, es normal que un perro tenga la nariz húmeda y fresca. Esto demuestra que su sistema respiratorio y olfativo funciona bien. El hecho de que un perro se lama la nariz para humedecerla suele ser un reflejo ante un alimento apetitoso, lo que le permite disfrutar al máximo de la comida.
Un signo engañoso de buena salud
Aunque una trufa fresca y húmeda indique que el animal no padece ninguna enfermedad respiratoria u olfativa, esta textura no permite necesariamente un diagnóstico fiable de su estado de salud. En efecto, al igual que en los humanos, la nariz del perro reacciona fuertemente a su entorno, pudiendo pasar rápidamente de seca a húmeda, de caliente a fría. De hecho, cuando la temperatura es baja, el organismo del animal produce más mucosidad de lo habitual para proteger las vías respiratorias. El hocico del perro está entonces más húmedo a causa del frío. El hocico se enfría entonces porque el aire circundante es agresivo y no porque el perro esté en buena salud.
Hocico húmedo y enfermedades
Un hocico húmedo con una secreción abundante y/o coloreada debe alertar al propietario. Puede ser síntoma de una enfermedad o infección (por ejemplo, coriza, edema pulmonar). Un cuerpo extraño en las vías respiratorias del perro también puede provocar secreciones, ya que el organismo es incapaz de evacuar el cuerpo extraño. Estas secreciones pueden indicar un pólipo o un problema dental. Así pues, la buena salud de un perro no sólo la indica un hocico fresco y húmedo.
¿Por qué mi perro tiene el hocico seco?
De vez en cuando, el hocico de un perro, normalmente húmedo, puede volverse extrañamente seco. ¿Es normal? ¿A qué se debe?
Un fenómeno temporal
Al igual que el frío enfría la nariz y la humedece, el calor repercute en la nariz del animal. Así, una siesta cerca de un radiador encendido suele provocar una deshidratación temporal del hocico. Aunque este fenómeno es anormal con el tiempo, no hay que preocuparse si la nariz de tu perro permanece seca durante unas horas.
Además, una perra que acaba de tener bebés suele tener la nariz seca debido al esfuerzo que supone amamantarlos.
Síntoma de una enfermedad benigna
Si el perro lleva varios días con la nariz seca, puede ser síntoma de una enfermedad benigna.
La fatiga, sea cual sea su origen, puede provocar una sequedad prolongada de las fosas nasales. El reposo es suficiente para restablecer una nariz húmeda. La sequedad nasal también puede estar relacionada con la deshidratación. Dar de beber lo suficiente a tu mascota resolverá el problema. Para asegurarte de que el fenómeno es temporal y benigno, a veces basta con observar las almohadillas del perro. Si están muy secas y deshidratadas, la falta de agua es la causa de la sequedad nasal.
Para ayudar a mantener el hocico húmedo, el perro tiene naturalmente el reflejo de lamérselo. Este gesto le permite recuperar todas sus capacidades olfativas, pero el resultado es efímero. El propietario puede ayudar a su animal aplicándole vaselina en la punta de la nariz. Esto aliviará al animal, rehidratará la nariz y limitará la aparición de grietas y pequeñas heridas.
Síntoma de enfermedad
Un hocico seco suele ser síntoma de una carencia (de zinc, en particular). Esta carencia disminuye progresivamente el sistema inmunitario del perro, lo que provoca problemas como la sequedad del hocico. Entonces es importante regular la dieta del animal dándole complementos alimenticios o cambiando radicalmente su alimentación. Si aparecen otros síntomas, el perro padece sin duda una enfermedad.
En cuanto el propietario observe que su mascota tiene diarrea, vómitos o fiebre, además de la nariz seca, es urgente llevarlo al veterinario. En efecto, el perro puede padecer moquillo o parvovirus canino, entre otros.
El estado de la nariz del perro no es un criterio fiable para estar seguro al 100% de su buena salud. En efecto, al ser la nariz una zona especialmente sensible, es fácil que esté caliente o fría, húmeda o seca, según la estación del año y la actividad del animal. No obstante, aunque este barómetro no sea totalmente fiable, un perro debe tener normalmente un hocico fresco y húmedo. La combinación de ambos parámetros es fundamental. Si la nariz está húmeda pero caliente, puede indicar fiebre. Si la nariz está seca pero fría, puede indicar deshidratación.
Estas pequeñas dolencias suelen ser benignas, pero el propietario debe estar atento a otros signos de mala salud. Si los síntomas persisten al cabo de unos días pese a la aplicación de vaselina, el reposo y una buena hidratación, el propietario debe llevar al perro al veterinario. El veterinario podrá entonces diagnosticar y prescribir un tratamiento. El propietario debe adoptar el mismo reflejo cuando su animal presente secreciones importantes, cuando la piel de la nariz cambie de textura o color o cuando aparezcan granos.
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