Dar medicamentos a tu gato puede ser todo un reto. Algunos animales son muy dóciles cuando se trata de tomar pastillas, mientras que otros son muy reacios. Para ayudarte, Hola Mascotas te propone esta guía para medicar a tu gato.
¿Cómo medicar a tu gato correctamente?
Los gatos tienen un olfato muy desarrollado y, en general, no les gusta el más mínimo cambio. Cuando están enfermos, puede ser muy difícil conseguir que tomen su medicación. Por eso es importante pedir consejo al veterinario. Además, algunos comprimidos deben tomarse en una sola dosis. A veces tampoco es aconsejable mezclar la medicación con la comida del gato, ya que debe tomarse con el estómago vacío. En estos casos, el mejor método es administrar el medicamento directamente en la garganta del gato.
Diferentes técnicas para administrar medicamentos a un gato
Dependiendo del comportamiento de tu gato, puedes elegir uno de estos métodos para darle el medicamento
Mezclar el comprimido con su comida diaria
Uno de los métodos más sencillos y habituales para administrar medicamentos a tu gato es mezclarlos con su plato de paté o croquetas. Esto enmascara el olor del medicamento. Para ello, basta con ablandar una de las croquetas, introducir la pastilla y cerrar el cuenco. Durante toda la comida, sin embargo, tendrás que vigilar a tu gato para asegurarte de que realmente se ha tomado el medicamento. Algunos gatos más listos o atentos pueden darse cuenta rápidamente del engaño y omitir el medicamento. En este caso, tendrás que cambiar la técnica de administración, ya que no caerá en la trampa por segunda vez.
Pon el medicamento en una golosina especial
La forma más práctica y menos estresante dar medicamentos a tu gato es esconderlos en una de sus golosinas. Para ello, puedes introducir el comprimido en un trozo de carne o queso antes de dárselo. Si el comprimido es grande, aplástalo con el dorso de una cuchara o pártelo por la mitad antes de introducirlo en la golosina.
Algunos medicamentos, como los antiinflamatorios, están especialmente recubiertos para limitar su efecto irritante sobre la mucosa gástrica. Triturar estos comprimidos puede revelar el sabor amargo del medicamento, afectar a su absorción, alterar la dosis disponible o causar irritación. Por eso es fundamental leer atentamente las instrucciones o pedir consejo al farmacéutico o al veterinario antes de cortar cualquier medicamento. En general, los comprimidos no recubiertos pueden partirse por la mitad o triturarse sin problemas.
Administrar el medicamento con la mano
Para ayudar a dar medicamentos a tu gato, la mayoría de los fabricantes ofrecen comprimidos de buen sabor. Estos comprimidos tienen un sabor (pescado, pollo o cerdo) y una consistencia muy apreciados por los felinos. Si a tu gato le gustan estos comprimidos, te resultará fácil dárselos con la mano. Podrá venir a comérselas espontáneamente.
Ponerle el medicamento en la garganta
Si optas por este método, es porque tu gato odia realmente la medicación. Tendrás que colocarle la pastilla directamente en la garganta. Es un método rápido y eficaz, porque puedes estar seguro de que realmente se ha tragado la pastilla. Esta técnica para administrar medicamentos a un gato puede llevarse a cabo en pocos pasos:
- Sujeta a tu gato firmemente sobre una mesa o sobre su rodilla, luego inclina ligeramente su cabeza hacia atrás,
- separa sus mandíbulas colocando tus dedos índice y pulgar a ambos lados de su boca, precisamente en la comisura de los labios,
- Coloca la tableta en la parte posterior de la garganta del gato (detrás de la lengua).
- Mantén la mandíbula del gato cerrada durante unos segundos para evitar que escupa el medicamento y facilitar su deglución. Masajea suavemente la garganta del gato. Al final del proceso, recompensa a tu gato con una buena dosis de mimos, una golosina o una sesión de juegos. De este modo, el gato guardará un buen recuerdo de la experiencia y se mostrará más cooperativo la próxima vez.
Si tu gato es muy reacio, quisquilloso o demasiado agresivo, lo mejor es que consultes a tu farmacéutico o veterinario antes de tomar ninguna medida. Ellos podrán aconsejarte sobre la mejor manera de proceder. También pueden sugerir otras formas de medicación (jarabe, pipeta).
Utiliza una pipeta para administrar el medicamento
El medicamento puede mezclarse con agua e ingerirse utilizando una jeringa sin aguja o una pipeta. Al igual que con el método anterior, mantén la cabeza de tu gato hacia atrás y coloca la punta de la jeringa o pipeta a un lado de su boca. A continuación, vierte el contenido en la boca de tu mascota.
Ten en cuenta, no obstante, que los gatos son animales muy intuitivos. Pueden estresarse muy rápidamente si detectan un comportamiento extraño. Así que sé paciente y procede con cuidado cuando quieras dar medicamentos a tu gato
Consigue un pastillero para la medicación de tu gato
Un pastillero es un accesorio que se parece a una jeringuilla y tiene la misma función que una. Suele estar disponible en veterinarios y tiendas de animales online. Para administrar el medicamento, primero hay que verter una pequeña cantidad de agua en la jeringa. A continuación, introduce el medicamento en la pequeña boquilla situada en el extremo del accesorio. Desliza la punta por la garganta del gato. Presiona suavemente el émbolo para que la pastilla entre en la garganta del gato. En este momento, el gato no tendrá más remedio que tragar el medicamento al mismo tiempo que el agua.
Aunque este método garantiza que el gato ha tragado realmente el medicamento, no se recomienda para todos los felinos. Es más adecuado para gatos tranquilos que probablemente no se moverán. De lo contrario, corres el riesgo de herir a tu gato o herirte a ti mismo.
¿Cómo abrir la boca de tu gato sin hacerte daño?
Para ayudar a tu gato a tomar las pastillas, a veces hay que abrirle la boca para colocarle el medicamento directamente en la garganta. Esto requiere mucha delicadeza y habilidad.
Prepara a tu gato para la operación
Para no irritar a tu gato, es importante no elegir un momento en el que esté jugando, frustrado o excitado. También debes evitar despertarle para que abra la boca. Esto puede asustarle rápidamente y puede volverse agresivo. Así que dale prioridad a un momento en el que tu compañero esté contento y tranquilo y quiera pasar tiempo contigo.
A continuación, debes elegir el lugar ideal para sujetar al gato, cómo debes sostener el medicamento y dónde debes colocarte para administrarlo. Lo ideal es hacerlo sobre una mesa. Sin embargo, asegúrate de que no haya ningún objeto frágil cerca de la mesa que pueda romperse si das un paso sin querer. A continuación, extiende una sábana o toalla sobre la mesa. Este es el momento de preparar los accesorios que deseas utilizar para administrar el medicamento (jeringa, pipeta, pastillero).
Coge suavemente a tu gato y colócalo boca abajo en medio de la toalla. Enróllalo en la toalla, llevando cada lado de la toalla sobre su cuerpo. Para evitar que el gato se escape, tira de la parte sobrante del extremo de la toalla sobre él.
Por último, ténsala bien para que sus patas y garras queden bien dentro de la toalla. Deja espacio suficiente para que tu gato pueda asomar la cabeza.
Abre la boca de tu gato
En esta fase, hay que ser muy meticuloso y delicado. En primer lugar, sujeta al gato con la mano no dominante y mantén el medicamento o la jeringa en la otra mano. No dudes en pedir ayuda a alguien cercano si tienes la oportunidad. De lo contrario, desliza al gato entre tu codo y el antebrazo (de tu mano no dominante) a lo largo de tu cuerpo para sujetarlo entre tu torso y tu brazo antes de levantarlo de la mesa. Coloca el dedo índice a un lado y el pulgar al otro de la boca del gato. Es importante sentir los dientes del gato a través de sus mejillas.
Para obligar al gato a abrir la boca, presiona con los dedos hacia abajo entre las mandíbulas superior e inferior. La presión ejercida se volverá rápidamente incómoda para el animal, obligándole a abrir la boca. Por último, puedes darle su medicina. Al final, recuerda mantener a tu amigo de 4 patas en la misma posición durante unos segundos. Así mismo, puedes dar medicamentos a tu gato con facilidad.
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