Los accidentes cerebrovasculares o ictus afectan a los gatos, aunque los riesgos son menores que en el caso de los humanos o los perros. Ocurridos con mayor frecuencia después de los 8 años, constituyen una urgencia médica que pone en peligro la vida del animal. Por lo tanto, es esencial saber lo suficiente sobre el tema para salvar a tu felino, pero también para ayudarle durante el proceso de recuperación. Hola Mascotas te ofrece más detalles sobre el derrame cerebral en gatos.
¿Qué es un ictus en los gatos?
El ictus es una afección causada por una alteración del flujo sanguíneo al cerebro. También puede producirse en caso de hemorragia cerebral. Estas lesiones o deficiencias afectan a las funciones cerebrales relacionadas con el equilibrio, los sentidos, la propiocepción y la conciencia. Los signos clínicos identificables a primera vista pueden confundirse con otras afecciones neurológicas causadas por crisis epilépticas o del aparato vestibular.
¿Cuáles son los signos?
El ictus en los gatos, al igual que en los humanos, es una afección grave que requiere una intervención inmediata. Los signos clínicos visibles dependen de la zona afectada y varían de un felino a otro. En cualquier caso, cualquier comportamiento sospechoso en cuanto a los ojos, la marcha o la alimentación debe tomarse como una señal de alerta. Estos son los síntomas que presenta un gato en caso de derrame cerebral
- dificultad para alimentarse, tragar las comidas
- dificultad para orientarse
- pérdida del olfato y del oído
- ceguera por hipertensión cerebral
- dificultad para desplazarse y controlar las extremidades
- problemas oculares (pupilas dilatadas, falta de parpadeo al acercarse a un objeto, movimiento rápido de los ojos de izquierda a derecha),
- lengua blanca, violácea o azul,
- temblores, convulsiones,
- problemas posturales (parálisis, cabeza inclinada hacia un lado),
- falta de respuesta al comunicarse con el animal.
A diferencia de los humanos, los gatos no sufren parálisis facial ni caída de la cara. Es importante describir con precisión al veterinario los distintos cambios observados, para que el animal pueda ser mejor atendido.
¿Qué debes hacer si sospechas que tu gato ha sufrido un ictus?
Al tratarse de una urgencia absoluta, el ictus de un gato debe tratarse rápidamente en cuanto se observen los primeros síntomas. Evita que cunda el pánico, ya que podrías transmitir tu ansiedad a tu mascota. Ante todo, traslada a tu mascota a un lugar tranquilo y no dudes en acariciarla y hablarle para tranquilizarla. Anota todos los síntomas que observes para facilitar al veterinario el diagnóstico de tu mascota.
Pide cita con un facultativo lo antes posible y sé preciso en tus explicaciones una vez allí. Los signos clínicos de un ictus son similares a los de una embolia pulmonar o un infarto, que requieren un tratamiento diferente. El veterinario tendrá que determinar la causa del ictus.
¿Cuáles son los distintos tipos de derrame cerebral en los gatos?
Hay dos tipos principales de ictus en los gatos. El primero se produce cuando un coágulo o bolo sanguíneo impide el suministro de glucosa y oxígeno al cerebro, ambos esenciales para que funcione correctamente. Esto altera el flujo sanguíneo al cerebro y puede provocar un ictus.
El segundo se produce cuando los vasos sanguíneos se rompen repentinamente. Se produce una hemorragia cerebral y la sangre penetra en las cavidades cerebrales, provocando presión intracraneal. Cuando es masiva, la hemorragia cerebral puede provocar la muerte instantánea del gato.
¿Cuáles son las causas de los accidentes cerebrovasculares en los gatos?
Aunque es difícil establecer un perfil de los gatos propensos a sufrir un ictus, se considera que ciertos factores favorecen el problema. Los más importantes son
- hipertensión arterial
- trastornos de la coagulación
- malformación vascular
- migración de un parásito
- carencia de vitamina B1
- diabetes
- peritonitis infecciosa felina
- problemas hepáticos
- accidentes anestésicos
- enfermedades cardíacas y hepáticas
Los problemas renales, la intoxicación y el hipotiroidismo también se consideran factores de riesgo. Las visitas regulares al veterinario ayudan a diagnosticar y tratar determinadas afecciones. Al mismo tiempo, esto ayuda a reducir el riesgo de apoplejía en los gatos.
¿Cómo puede hacerse un diagnóstico?
Una resonancia magnética ofrece la posibilidad de realizar un diagnóstico definitivo de ictus en gatos. Lo más frecuente es que el veterinario realice otras pruebas más básicas, como análisis de orina y de sangre. Éstos ayudan a identificar cualquier enfermedad subyacente que pueda estar causando el ictus.
También se realiza un análisis del fondo del ojo para detectar hemorragias en casos de hipertensión arterial o coagulopatía. Para determinar la causa del problema y su localización exacta, hay que realizar una exploración física y neurológica y una anamnesis.
¿Cómo debe tratarse el ictus de un gato?
No existe un tratamiento único que ayude a curar el ictus de un gato. Por lo tanto, el tratamiento consiste en reducir los síntomas e identificar los factores de riesgo para prevenir una posible recaída. En el tratamiento sintomático, se administra oxígeno al animal para reducir el deterioro de las células cerebrales. En esta fase también se limita el edema cerebral y se administran medicamentos para mejorar la circulación sanguínea.
A continuación se aplica un tratamiento preventivo, que consiste en un chequeo completo para identificar los factores de riesgo. A continuación se realizan varias pruebas, en función del examen clínico del veterinario. En caso de traumatismo, el veterinario realizará análisis de orina o sangre para detectar posibles trastornos renales o hepáticos.
Si el derrame es consecuencia de un tumor, son esenciales exámenes en profundidad, como la tomografía computarizada y la resonancia magnética. El análisis microscópico de las heces es esencial si se sospecha una infestación parasitaria. Una vez determinadas las causas del ictus, se instaura el tratamiento adecuado para evitar que se repita.
¿Qué puede hacerse tras un derrame cerebral en un gato?
La mayoría de los gatos que sufren un derrame cerebral se recuperan sin secuelas. En raras ocasiones, sin embargo, el animal puede desarrollar daños cerebrales irreversibles que tienen un impacto real en su calidad y esperanza de vida. Estos casos suelen observarse cuando no se han tratado las afecciones subyacentes que causaron el ictus. Incluso puede haber recurrencias, lo que puede empeorar el pronóstico e incluso resultar fatal. El ictus en gatos puede ser especialmente fatal en el caso de enfermedades crónicas. Por lo tanto, el diagnóstico precoz es esencial para tratar y controlar estas enfermedades.
La recuperación de un gato tras un derrame cerebral puede llevar a veces mucho tiempo, sobre todo si el animal no recibe tratamiento en 24 horas. Tendrás que ser paciente y prestar a tu bola de pelo toda la atención que necesite. Para ayudarle lo mejor posible durante este periodo, tendrás que estar atento y prestarle mucha atención.
Cuidar de tu pequeño compañero
Asegúrate de que permanece dentro de casa, en una habitación donde esté cómodo, para que pueda recuperarse tranquilamente. Con tu ayuda y amabilidad, podrá sobrellevar el día a día. Obsérvalo para saber cuál es el momento ideal para llevarle a su comedero o caja de arena. Cualquier producto peligroso debe mantenerse fuera de su alcance para evitar que se envenene.
No pierdas de vista a tu gato para evitar lugares peligrosos como las escaleras. Tu presencia y tus gestos cariñosos darán a tu gato una sensación de seguridad y le infundirán el valor que necesita para superar esta prueba en las mejores condiciones posibles.
Ahora ya tienes toda la información esencial que necesitas sobre los accidentes cerebrovasculares de los gatos. No dudes en ponerse en contacto con un veterinario para obtener más detalles. Programa revisiones médicas periódicas con tu veterinario para proteger a tu mascota de esta enfermedad.
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