Los gatos son animales simpáticos y entrañables que no te dejarán indiferente. Les encanta meterse en la cama de su amo porque les gustan los lugares acogedores y cálidos. Hace poco que has adoptado una bolita de pelo y te preguntas dónde podría dormir. ¿Buscas un lugar cómodo que mejore la calidad de su sueño? Te gustaría que durmiera contigo. ¿Afectará esto a su bienestar o al tuyo? Las opiniones al respecto son muy diversas. Hola Mascotas te ofrece toda la información que necesitas para saber si realmente puedes dormir con tu gato.
¿Por qué a tu gato le encanta subirse a tu cama?
Los gatos son animales territoriales. Para ampliar su territorio, estos simpáticos felinos no dudan en conquistar distintas habitaciones de tu casa, incluido tu dormitorio. Por eso consideran que tu cama mullida y cómoda también es suya. Así que no dudan en tumbarse en ella cuando quieren echarse una siesta. A estas mascotas también les encanta sentir la presencia de su amo y recibir tiernas caricias. ¿Qué mejor manera de hacerlo que en la cama?
Además, a estas bolas de pelo les encanta estar en lo alto. Esto les proporciona la mejor vista posible de su entorno y les permite observar todo lo que ocurre a su alrededor. Esa es una de las razones por las que a menudo consideran la cama como un observatorio ideal.
Dormir con tu gato: ¿tiene ventajas?
Tanto para ti como para tu gato hay una serie de ventajas.
Calma y refuerza el sistema inmunitario
Dormir con tu gato puede tener un efecto beneficioso sobre tu estado de ánimo. La cercanía y el ronroneo de tu pequeño felino tienen un efecto calmante sobre tu sistema nervioso. Al dormir en su compañía, te sentirás mucho más relajado, zen y más capaz de empezar el nuevo día con entusiasmo. También reforzará el vínculo con tu mascota.
Además, al estar en contacto con la microbiota y el pelo del gato, puede que seas menos sensible a los alérgenos. De hecho, el contacto con los virus, levaduras o bacterias de tu felino reforzará tus defensas inmunitarias.
Dormir con tu gato favorece el sueño
Dormir con tu gato tendrá un impacto positivo considerable en tu sueño. De hecho, el ronroneo y la presencia de tu peludo a tu lado por la noche te facilitarán conciliar el sueño.
Además, si eres una persona ansiosa, tu tensión arterial bajará si oyes ronronear a tu gato. También es una gran ayuda si estás pasando por un periodo de depresión leve.
Despertar junto a tu pequeño felino, los mimos y la suavidad de su pelaje también pueden contribuir a tu felicidad.
Los inconvenientes de dormir con tu gato
A pesar de sus muchas ventajas, dormir con tu gato también puede tener una serie de desventajas que no debes pasar por alto.
Los gatos a veces perturban el sueño
Es muy importante que puedas respetar tus ciclos de sueño al pie de la letra. Sin embargo, durante la noche, tu gato puede estar en constante movimiento, lamiéndose, queriendo jugar, subiéndose encima tuyo o maullando para llamar tu atención. Aunque su ronroneo puede ser tranquilizador, también puede resultar muy molesto a veces. Como consecuencia, no podrás descansar ni dormir lo suficiente. Como resultado, te sentirás muy cansado durante todo el día.
Los gatos pueden transmitirte enfermedades
Dormir con tu bola de pelo aumenta el riesgo de infestación por parásitos como lombrices intestinales y pulgas. Esta posibilidad no desaparece aunque tu gato esté desparasitado o lleve un collar antipulgas. También estarás expuesto a numerosas patologías felinas como la tularemia, la toxoplasmosis y la enfermedad por arañazo de gato. Otras zoonosis que tu gato puede transmitirte son la rabia, la sarna, la tiña y la enfermedad de Lyme.
Si duermes en compañía de tu gato, puede acabar por perturbar tu intimidad. No sólo será molesto para ti, sino también para tu pareja, si la tienes.
¿Cómo impedir que tu gato duerma contigo?
Si tu mascota ya ha adquirido el hábito de dormir en tu cama, será difícil hacerle entender que ya no puede acceder a ella. Pero no hace falta regañarle. Basta con poner en práctica estrategias inteligentes para lograr tu objetivo.
Entrena a tu gato gradualmente
Para evitar que tu mascota se acueste contigo, puedes empezar a educarlo poco a poco, indicándole cómo debe proceder. Para ello, debes negar al pequeño felino cualquier intento de subirse a tu cama durante el día o la noche.
Si notas que tu gato está en tu cama, también debes sacarlo automáticamente. A continuación, puedes colocar a tu gato en su cesta y elogiarlo con palabras o golosinas. Haciendo esto con regularidad, tu felino doméstico llegará a comprender que la cesta es el lugar ideal para él.
Cierra la puerta de tu dormitorio
Para evitar que tu mascota duerma en tu cama, puedes cerrar regularmente la puerta de tu dormitorio. Si lo haces durante varios días, tu pequeño felino acabará acostumbrándose a que tu dormitorio es una zona prohibida para él.
Regala a tu gato un nido acogedor personalizado
Puedes comprarle a tu amigo de 4 patas una cama cálida y cómoda en la que disfrutará pasando buena parte de sus días y noches. Puedes elegir una cesta o caseta con cojines y mantas cómodas. También debes asegurarte de que el lugar de descanso de tu gato se mantiene con la mayor regularidad posible, para que se sienta cómodo y sereno, y disfrute descansando y paseando.
¿Cuánto duerme tu gato?
Cuánto y con qué frecuencia duerma tu gato dependerá sobre todo de su edad, pero también de su personalidad. Los gatos tienen fama de echarse siestas, ya sea a media mañana o a media tarde, dando la impresión de que pasan la mayor parte del día durmiendo. Por término medio, estos pequeños felinos duermen 12 o incluso 16 horas al día. Cuando no duermen lo suficiente, pueden volverse muy inquietos o malhumorados.
Consejos para que tu gato duerma bien
Para que tu gato esté siempre en forma, debes evitar que salga demasiado. No obstante, debes proporcionarle sus juguetes favoritos (el árbol para gatos, por ejemplo) y organizar sesiones diarias de juego con él fuera de la cama. Así hará mucho ejercicio, lo que le ayudará a relajarse y conciliar el sueño.
También es una buena práctica realizar una buena rutina de cepillado cada pocos días. También debes darle a tu gato una dieta equilibrada. Y no olvides visitar al veterinario con regularidad. Se recomienda una vez cada 6 meses.
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