El gato persa es descendiente del angora turco, que se cree que es una mezcla de gatos iraníes y turcos. Fueron los exploradores quienes contribuyeron a la difusión de esta nueva raza de gatos al introducir el Persa en Europa en el siglo XVII. Ambas son, por tanto, las razas felinas más antiguas. Estas mezclas dieron lugar a sus pelajes largos y especialmente sedosos.
Angora y Persa: tamaño y principales características físicas
El Persa y el Angora presentan algunas sutiles diferencias en sus características físicas.
El gato persa, un felino robusto
Pueden ser de tamaño mediano a grande y tienen músculos bien desarrollados bajo su espeso pelaje. Los persas tienen ojos grandes que contrastan con sus orejas pequeñas y su nariz chata. En cuanto al color de su pelaje, los persas pueden tener hasta 3 colores.
Angora, deportivo y delicado
A diferencia del Persa, el Angora tiene un pelaje menos denso, pero una cola más tupida. El rasgo más distintivo del Angora son sus ojos predominantemente azules. El pelaje del Angora es predominantemente blanco, muy común en las razas puras. Por supuesto, puede tener otros colores. Sin embargo, no están catalogados ni reconocidos como estándar de la raza Angora.
Comportamiento
El Angora y el Persa son gatos relativamente tranquilos.
Tranquilo, voluptuoso y sofá
Estas tres palabras describen bastante bien los hábitos del Persa. Amables y muy mimosos, no son aventureros. Verdadero gato de compañía, depende mucho del afecto de su dueño. Muy sociable por naturaleza, el Persa es perfecto para una familia con niños. Los gatos de angora también son famosos por su carácter tranquilo y tranquilizador.
Al igual que su descendiente Persa, al Angora le gustan los momentos de complicidad y tranquilidad con sus dueños, y aprecia la comodidad de un buen sofá acogedor. Sin embargo, existe una gran diferencia con el Persa. El gato de angora es más independiente y tiene un lado orgulloso y precioso. Por ello, necesitan más atención. En marcado contraste, también te harán saber que ya han tenido suficiente y saldrán a pasear fuera, como les gusta hacer de vez en cuando.
Estimulación intelectual
Los gatos Angora son cerebrales, por lo que aprecian los juegos que estimulan sus reflejos cognitivos. Del mismo modo, estará receptivo a aprender algunas nociones de «adiestramiento», como recuperar un juguete que le hayas lanzado, por ejemplo. No dudes en invertir en un árbol para gatos para estimular sus sentidos, pero también para entrenar sus garras.
Lo mejor es elegir una pieza fija, pero también puede optar por la creatividad con, por qué no, un poco de dificultad. Al Persa, en cambio, le gustan menos los juguetes y las actividades físicas en general. Como gatos de interior, prefieren descansar en tu regazo. Los persas siempre han sido considerados gatos perezosos. Por eso fueron apodados en su día los «aristócratas felinos».
Alimentación
Para el bienestar de tus gatos, debes asegurarte de elegir la comida adecuada.
¿Qué comida debes dar a tus gatos?
Los gatos persas deben tener especial cuidado con su alimentación, ya que tienden a engordar. No dudes en comprar alimentos específicos para persas, para garantizar una alimentación sana y de calidad a tu pequeño compañero. El Angora, con su paladar más delicado, será más exigente con la comida y necesitará un alimento de alta calidad con grandes raciones de carne. A diferencia del Persa, el Angora no tiene predestinación a la obesidad. No obstante, deberás vigilar su equilibrio, pues no olvidemos que el Angora también es un gato perezoso.
Sigue al pie de la letra el ciclo de desarrollo de tu mascota
Ya sea persa o angora, tu gato come de forma diferente, sobre todo si es un gatito, un adulto o un gato mayor. Los gatitos tienen unas necesidades proteínicas elevadas, con el fin de favorecer el desarrollo de sus músculos y defensas inmunitarias.
Para un gato adulto, opta por una dieta convencional. En todos los casos, se recomienda encarecidamente acompañar este cambio de alimentación con un cambio gradual. Al principio, por ejemplo, mezcla una pequeña cantidad de alimento para gatos adultos con su ración habitual. Observa cómo le va, y luego repite la prueba día tras día, aumentando gradualmente la nueva ración en relación con la anterior. En el caso de los gatos mayores, es probable que la transición sea menos complicada. Un gato mayor ya está acostumbrado a la comida de adulto. En estos casos, el cambio se producirá principalmente en la composición del alimento, que a menudo deberá adaptarse a las posibles patologías que se desarrollan con la edad.
Cuidados de los gatos persas y de angora
Para cuidar a tu gato, debes ocuparte de su salud.
Pelaje
Como muchos de sus congéneres, el Angora mantiene su pelaje lavándose con regularidad. Pero sigue siendo importante cepillar a tu gato con regularidad para mantener su pelaje suave y bonito. El pelaje es largo y denso. Para mantener los enredos al mínimo, acostúmbrate a cepillar a tu gato una o dos veces por semana. Si, a pesar de todo, el pelo se enreda, recórtalo suavemente para que vuelva a crecer mejor. Ten en cuenta también que el angora muda en primavera y otoño. Durante estos periodos, tendrás que cepillarlo con más regularidad. Mantener el pelaje de un Angora es muy importante.
Si esto ocurre, la piel tiende a no respirar tan bien bajo el pelaje, lo que puede provocar inflamaciones e incluso infecciones fúngicas. Los persas necesitan que se les cepille el pelo todos los días. Al ser más denso y grueso que el de angora, el pelo del persa tiende a apelmazarse con facilidad. El mayor inconveniente es la formación de grandes bolas de pelo que tu gato acabará regurgitando, lo que supone un momento muy incómodo para todos. Por último, si deseas lavar a tu gato o desenredar su pelaje, te recomendamos que utilices champús específicos en seco. Esto se aplica tanto a los gatos persas como a los de angora.
Estilo de vida
Los Persas necesitan una fuerte presencia humana a su alrededor a diario. Si rara vez estás en casa o generalmente no estás disponible, el Persa no es para ti. Aunque suelen ser más independientes que nuestros amigos los perros, algunos gatos como el Persa requieren una atención especial.
Se aburrirán rápidamente en tu ausencia y no verán satisfechas sus necesidades sociales. Los gatos de angora también entran en la categoría de gatos muy domesticados, que necesitan la ayuda de su amo para prosperar. Un poco más independiente que el Persa, pero con una necesidad constante de socialización, el Angora también necesitará tu presencia para sus actividades deportivas e intelectuales. Por supuesto, puede participar en algunas de estas actividades por sí solo, pero, una vez más, esto no bastará para satisfacer sus necesidades sociales y cognitivas. Si no puedes prestar a tu Angora toda la atención que se merece, es mejor que sigas adelante.
Enfermedades específicas
El riesgo de obesidad lastrará a tu persa durante toda su vida. Por eso es vital prestar especial atención a este problema. Los grandes ojos de estos felinos también son frágiles, lo que provoca secreciones frecuentes. Asegúrate de limpiarlos regularmente, para limitar el riesgo de infección.
También existen enfermedades denominadas «de la vejez», como la poliquistosis renal y la atrofia progresiva de retina. La poliquistosis renal es una enfermedad hereditaria que afecta a la función renal y puede provocar insuficiencia hepática. En el caso de la atrofia de retina, el resultado es la ceguera progresiva. No obstante, cabe destacar que no es raro ni preocupante que un gato desarrolle patologías relacionadas con la edad. Aunque haya que vigilarlas, no suponen una desventaja importante para tu felino, lo que no es el caso de la fibrosis poliquística.
Los gatos Angora, por su parte, tienden a verse afectados por patologías auditivas, en particular el Angora «ODD EYED», caracterizado por el color divergente de sus ojos (uno azul, otro amarillo). Aunque pueda parecer divertido, por desgracia esta particularidad es muy a menudo indicativa de una anomalía auditiva genética. Puedes evitarlo haciendo que un veterinario examine a ambos progenitores. También debes ser consciente de la importante pérdida de audición a la que son propensos los gatos de pelaje blanco. Pueden desarrollar sordera, lo que provoca un desequilibrio importante (en términos humanos, se trata de un trastorno del oído interno).