Leyes de custodia del gato en caso de separación

En caso de separación, los futuros ex cónyuges deben decidir sobre la custodia de sus hijos. Si bien la ley establece normas precisas en este ámbito, sigue siendo imprecisa en la cuestión de la custodia de los gatos en caso de separación. Hola Mascotas, especializada en animales de compañía, explica las normas que rigen la custodia de un gato en caso de separación de sus dueños.

¿Cuál es el estatuto jurídico de los gatos?

Hasta hace poco, la legislación francesa consideraba que los gatos eran bienes muebles. El destino de este animal era, por tanto, similar al de un televisor o un jarrón en un proceso de divorcio. No fue hasta 2015 cuando la ley reconoció finalmente a los gatos como seres vivos sintientes. A pesar de este importante avance, el Código Civil añade que los gatos están sujetos al régimen patrimonial, sin perjuicio de las disposiciones que los protegen. A los ojos de la ley, tu pequeño felino no se considera, por tanto, un miembro de pleno derecho del hogar. No tiene personalidad jurídica pese a su condición de ser sintiente.

El destino del gato se vuelve problemático cuando la pareja decide separarse. ¿A cuál de los dos miembros de la pareja corresponderá la custodia del gato en caso de separación? Para resolver este problema, la ley se basa principalmente en la propiedad del animal.

La custodia del gato tras la separación de una pareja de hecho

Si se trata de una pareja de hecho, la custodia del gato corresponderá al miembro de la pareja que lo haya adoptado. La residencia del gato se fijará en el domicilio de la pareja y los gastos de gestión del gato correrán a cargo de ésta. La persona que reclame la propiedad del gato sólo tiene que aportar los documentos facilitados por la Société d’Identification des Carnivores domestiques (I-CAD).

Si el animal ha sido adoptado por ambos cónyuges, se considera un bien indiviso y pertenece a cada uno de ellos por igual. En caso de separación, los dos cónyuges tendrán que ponerse de acuerdo sobre la custodia del gato. Si no se llega a un acuerdo, tendrá que intervenir un juez para tomar una decisión.

¿Quién se queda con la custodia del gato tras un divorcio?

Para determinar la propiedad de un animal de compañía en una pareja casada, la ley se remite al régimen económico matrimonial.

El régimen de separación de bienes

El resultado inmediato de este régimen económico matrimonial es que los bienes de una persona son independientes de los de la otra. En consecuencia, si uno de los cónyuges puede probar que ha adoptado al gato, la custodia del gato revierte a ese cónyuge tras la separación. A falta de pruebas, el destino del animal se decidirá del mismo modo que el de un bien indiviso. La custodia se atribuirá a uno de los cónyuges.

gato durmiendo sobre su dueño

El régimen de comunidad de bienes

Si no has firmado un contrato matrimonial, está automáticamente sujeto a este régimen por defecto. Hay dos escenarios posibles para el destino de tu pequeño felino.

Si el animal es adoptado antes del matrimonio por uno de los cónyuges, revierte a éste tras la separación. Éste conserva su custodia exclusiva, siempre que pueda presentar los documentos que acrediten su propiedad.

Si el gato ha sido adoptado por ambos cónyuges durante el matrimonio, se considera propiedad común. Por tanto, la custodia debe atribuirse a una de las partes tras su separación.

El régimen de comunidad de bienes

En este régimen, todos los bienes presentes y futuros de los cónyuges son comunes. Así, cualquiera que sea la fecha de adopción del gato, pertenece a ambos por igual. En caso de separación, la ley estipula que será necesaria una división.

¿Quién se queda con el gato tras una separación amistosa?

A lo largo de los años, las parejas desarrollan un vínculo especial con sus animales de compañía. Muy a menudo, ambos miembros de la pareja desean conservar la custodia de sus mascotas tras la separación. Lamentablemente, dado que el gato es un bien indiviso, sólo puede confiarse a uno de los miembros de la pareja.

Lo ideal es que las partes lleguen a un acuerdo. Éste puede ser informal o incluirse en los términos de la separación. Si estás casado, por ejemplo, tú y tu futuro ex cónyuge podéis decidir incluir una cláusula sobre el destino del gato en el acuerdo de divorcio. No tienes más que comunicárselo a tu abogado, que redactará los documentos. Tu abogado podrá aconsejarte sobre cómo organizar la custodia del gato en las mejores condiciones posibles. En particular, te explicará cómo repartir los gastos de cuidado de tu pequeño compañero. También tienes la posibilidad de alternar la custodia.

Por el bien de tu gato, Hola Mascotas te sugiere que evites hacerle cambiar frecuentemente de entorno vital. Los gatos están muy apegados a su entorno principal, y no aprecian especialmente la coparentalidad. Este modo de vida no ayudará a tu gato a ser feliz.

Contactar con un conciliador

Para este tipo de conflictos, puedes recurrir a los servicios de un profesional con experiencia reconocida en el ámbito de los animales. Puede ser un veterinario, un educador-criador, un miembro de una asociación de defensa de los derechos de los animales o un especialista en comportamiento animal. Su papel consistirá en escuchar los argumentos de cada parte y, a continuación, dar su opinión sobre la conveniencia o no de quedarse con el animal. Al solicitar los servicios de un conciliador, te comprometes a acatar su decisión.

Intervención de un juez de familia

Durante un procedimiento de divorcio, separación de pareja de hecho o disolución de una unión civil, también se puede recurrir al juez. El juez deberá decidir qué cónyuge será responsable del cuidado del gato. Como el juez puede no tener los conocimientos necesarios sobre animales, puede designar a un mediador a petición de uno de los miembros de la pareja. Gracias a su experiencia, el papel del mediador consistirá en otorgar la custodia del animal a uno de los cónyuges, después de escuchar a cada uno de ellos. Su dictamen tiene el mismo peso que el de una sentencia judicial. Por tanto, debéis acatarlo.

Si ninguna de las partes solicita la intervención de un mediador, el juez otorgará la custodia. El juez basará su decisión en las circunstancias que rodean la adopción del animal, la relación entre los cónyuges y el vínculo entre el gato y sus dueños. En este último caso, el cónyuge al que el felino esté más unido tendrá más posibilidades de obtener la custodia, siempre que cumpla otras condiciones que el juez considere necesarias.

¿Qué soluciones recomienda la ley para la custodia de un gato?

A la hora de tomar una decisión sobre la custodia de un gato, el juez tendrá en cuenta si hay o no niños en el hogar. Si has perdido la custodia de los niños como consecuencia de la separación, no estés seguro de que podrás consolarte recuperando la mascota.

Para no infligir una doble separación a los niños, el juez confiará el gato al progenitor que haya obtenido la custodia. En otros casos, el juez también puede considerar que sería difícil para la misma persona ocuparse de varios hijos y de un animal de compañía. Así pues, no hay una solución fija establecida por la ley.

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