La obesidad en los gatos es un problema de salud común que puede tener consecuencias negativas en su bienestar. ¿Cómo ayudar a mi compañero peludo a perder peso? Descubre con Hola Mascotas todos los consejos necesarios para eliminar el exceso de peso de tu gato obeso.
¿Cómo saber si mi gato está obeso?
La observación visual es a menudo un buen indicador inicial. Un gato obeso tiene una apariencia general redondeada, con poca cintura visible. En lugar de tener una silueta esbelta y bien proporcionada, puede parecer voluminoso. Un gato obeso también puede tener un vientre prominente. Además, al pasar la mano por su costado, normalmente deberías sentir sus costillas con una ligera capa de grasa. Si son difíciles de detectar o están completamente cubiertas por una gruesa capa de grasa, esto puede indicar obesidad.
También puedes observar el comportamiento de tu compañero peludo para saber si está obeso. Los gatos con sobrepeso suelen tener menos energía y motivación para la actividad física. Pueden estar menos interesados en jugar, tener dificultades para moverse con agilidad o tender a cansarse más rápidamente. Señales de letargo e inactividad también pueden ser indicativos de un exceso de peso.
La medición del peso es un medio preciso para determinar si tu gato está obeso. Pesa a tu mascota regularmente con una balanza adecuada. La mayoría de los veterinarios tienen balanzas especiales para mascotas. Compara el peso actual de tu gato con un peso de referencia adecuado para su raza, edad y tamaño.
De hecho, se le considera obeso cuando su peso excede al menos un 30 % de su peso ideal. Por ejemplo, el peso normal de un gato de raza Maine Coon está entre 3,6 y 8,2 kg, y entre 6 y 11 kg para un Noruego. Tu veterinario puede proporcionarte información precisa sobre el peso ideal de tu compañero.
¿Cuáles son los factores de obesidad de un gato?
Una alimentación excesiva es una de las principales causas de la obesidad en los gatos. Cuando das demasiada comida a tu compañero, porciones muy grandes o premios frecuentes, esto puede causar un aumento de peso. Algunos dueños pueden sentirse tentados a sobrealimentar a su gato debido a una mala comprensión de sus necesidades nutricionales o por exceso de afecto.
Además, un estilo de vida sedentario y la falta de actividad física pueden llevar a una acumulación de grasa en los gatos. De hecho, estos animales son naturalmente activos y necesitan jugar, correr y saltar para mantenerse saludables. Si no tienen suficientes oportunidades de ejercicio, pueden volverse inactivos y ganar peso.
Algunas razas de gatos también tienen una predisposición genética a la obesidad. Por ejemplo, las razas como el Maine Coon, el British Shorthair y el Ragdoll tienden a ganar peso más fácilmente. Los trastornos de comportamiento, como la bulimia y la ansiedad, también pueden favorecer la obesidad en estos animales.
Los gatos castrados o esterilizados tienden a tener un metabolismo más lento. Esto significa que queman menos calorías, lo que puede aumentar el riesgo de obesidad si no reciben una alimentación equilibrada y no hacen suficiente ejercicio. Los gatos esterilizados o castrados también tienden a sentir un aumento del apetito, lo que puede llevar a la sobrealimentación.
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¿Cuáles son las consecuencias de la obesidad en la salud de un gato?
Los gatos obesos son más propensos a desarrollar enfermedades metabólicas, como la diabetes mellitus y los trastornos tiroideos. De hecho, el exceso de peso puede perturbar el metabolismo normal de los animales y provocar una resistencia a la insulina y fluctuaciones hormonales. Esto puede conducir al desarrollo de diabetes mellitus, una enfermedad crónica que requiere un manejo cuidadoso.
Además, la obesidad en los gatos aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial y las enfermedades cardíacas. De hecho, el exceso de grasa puede ejercer una presión adicional sobre el sistema cardiovascular. Esto aumenta así el riesgo de complicaciones como enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Estos problemas cardiovasculares pueden reducir la calidad de vida y la esperanza de vida del gato.
La obesidad también favorece las afecciones urinarias y la insuficiencia hepática. Si tu animal sufre de este problema, su vientre prominente puede impedirle limpiarse adecuadamente, especialmente en las zonas íntimas. Esto puede causar problemas de piel e infecciones.
El exceso de peso también ejerce una presión adicional sobre las articulaciones de tu gato. Esto puede causar problemas de artritis. Las articulaciones sobrecargadas también son más propensas a desgastarse prematuramente, lo que provoca dolor y rigidez. Los gatos obesos también pueden tener dificultades para moverse y saltar, lo que limita sus actividades diarias y su calidad de vida.
La obesidad en estos animales se asocia con una reducción de la esperanza de vida. Si notas que tu gato está obeso, será más propenso a desarrollar enfermedades crónicas y complicaciones de salud que pueden acortar su vida.
Mi gato está obeso: ¿cómo ayudarlo a perder peso?
Si tu gato está obeso, debes tomar medidas para ayudarlo a perder peso de manera segura y efectiva. Primero debes consultar a un veterinario. Un chequeo con este especialista te permitirá conocer las causas de su aumento de peso y encontrar una solución adecuada. Según su estado de salud general, este profesional elaborará un buen plan de manejo del peso. Esto puede incluir recomendaciones específicas sobre la alimentación, el ejercicio y el seguimiento regular.
Sigue las directrices de tu veterinario respecto a la alimentación de tu gato. Puede ser necesario cambiar a una dieta especial para la pérdida de peso, con porciones controladas y un contenido reducido de calorías. Evita dar premios.
Para cambiar la comida de tu mascota, debes hacerlo gradualmente para evitar trastornos alimentarios. Por ejemplo, puedes componer su ración diaria con un 20 % de las nuevas croquetas durante unos días. Después de una semana, puedes aumentar considerablemente su cantidad en la alimentación. Asegúrate también de que tu compañero peludo beba suficiente agua para mantenerse hidratado.
Además, debes asegurarte de que la comida de tu gato sea equilibrada y satisfaga sus necesidades nutricionales. De hecho, las dietas desequilibradas pueden causar deficiencias nutricionales, incluso durante la pérdida de peso.
Juega también regularmente con tu gato para animarlo a estar activo. Hay muchos juegos que puedes practicar con tu felino, como la caña de pescar, la pelota, el escondite… Usa juguetes interactivos y anímalo a correr, saltar y trepar. Sin embargo, debes comenzar lentamente y aumentar poco a poco la intensidad del ejercicio para evitar lesiones y choques para su sistema cardiovascular.
Pesa a tu gato regularmente para seguir su progreso. No esperes una pérdida de peso rápida, ya que esto puede ser perjudicial para su salud. Es preferible que esta sea lenta y progresiva.
La pérdida de peso en los gatos puede llevar tiempo. Por lo tanto, sé paciente y persevera en tu enfoque. Si encuentras dificultades, consulta nuevamente a tu veterinario para ajustar el plan de pérdida de peso. Este especialista tiene los conocimientos y las habilidades necesarias para guiarte mejor en el tratamiento de tu gato.