La visita al veterinario es esencial, pero estresante para nuestros gatos. El miedo al veterinario en los gatos puede expresarse de diferentes maneras, con distintos grados de intensidad. Todo propietario de gato tiene que ser imaginativo. Tendrás que utilizar trucos para meter al animal en el transportín sin dificultad. Para poder planificar estas visitas con antelación y con mayor tranquilidad, es importante tener paciencia con la ansiedad de nuestros gatos. Entender los miedos de nuestras mascotas para evitar que esto ocurra es la clave para una visita segura al veterinario, evitando cualquier aprensión para el gato y su dueño cuando llegue el momento.
Visita al veterinario: ¿qué causa el miedo en el gato?
Cada nueva situación nos lleva a conocer mejor la personalidad de nuestros gatos y a adaptar nuestro comportamiento en consecuencia. Cuando se trata de una visita al veterinario, la situación puede complicarse. Hay que decir que nuestros gatos lo temen especialmente. Hay varias razones para este miedo en cada visita.
El transportín
La primera indicación para tu mascota de que se acerca una visita es el famoso transportín. Recuerda a tu gato la sensación de incomodidad que puede haber tenido si el viaje anterior fue desagradable para él. Es muy normal que tu gato sea reacio a volver a entrar en esta caja. Más aún si todavía hay olores desconocidos u olores del último transporte.
Transporte en un vehículo
Cuando estás a punto de ir al veterinario, meter a tu gato en el coche no es tarea fácil. Intentará salir de su jaula empujando la puerta para abrirla o maullando con angustia. Si no es la jaula del gato, podría ser tu coche. Por ello, asegúrate de que tu coche está bien ventilado, sobre todo cuando hace calor, o con la suficiente calefacción para que tu gato no se resfríe. Es necesario un término medio para que el gato no asocie el transporte con una fobia.
Una vez que tu gato se haya asentado, su visibilidad a través del transportín se reduce, lo cual es bueno. Al dar a tu gato la menor información posible sobre el mundo exterior, es una fuente menos de estrés. Su visibilidad puede detenerse en el interior del vehículo, con una visión directa de ti o de alguien conocido. Escuchar el sonido de tu voz también le tranquilizará. Además, a pesar de la estabilidad de la carrocería y su fijación al asiento, el gato es sensible a tu conducción. Algunas curvas y giros pueden parecer inofensivos, pero pueden desestabilizar mucho al animal, que puede perder fácilmente el equilibrio y lesionarse.
Los diferentes olores
Una vez que llegue a la clínica veterinaria, tu gato analizará una mezcla de olores. Conocemos el famoso reflejo del turón o del hurón que, cuando se encuentran en una situación de gran ansiedad, emiten un olor muy fuerte y nauseabundo de sus glándulas anales. Los perros y los gatos también están sujetos a este reflejo.
Es posible que hayas notado un olor desagradable procedente de la jaula de tu mascota o en ella, preguntándote si tu mascota ha hecho sus necesidades durante el transporte. Este olor suele ser el resultado de un episodio de estrés y permite al gato comunicar su ansiedad a sus dueños. La zona queda de alguna manera «marcada» y el olor persiste durante varios minutos antes de desaparecer.
El entorno de la clínica
Además de estar sometido a un sinfín de olores, el gato también tiene que reconocer el lugar. Si las visitas anteriores se han visto afectadas por vacunas o por una manipulación que el gato no ha disfrutado, el animal se mostrará especialmente reacio a ser examinado de nuevo. Aunque la visita no implique ningún trato desagradable para el animal, el entorno se reconocerá como hostil debido a los malos recuerdos.
¿Cómo puedo preparar a mi gato para una visita al veterinario con confianza?
Si tu gato es ansioso por naturaleza, o si quieres quitarle la ansiedad de cada visita al veterinario, hay algunas cosas que puedes hacer para que tu gato esté más dispuesto a moverse.
Deja de pensar en el transportín como un simple soporte
Preparar el transportín de antemano puede ser realmente beneficioso para un transporte en las mejores condiciones. Lo ideal es que el transportín pueda estar permanentemente a disposición de tu gato y sea lo más cómodo posible. Haz que sea un rincón acogedor para tu mascota añadiendo objetos y olores familiares para que se sienta segura.
Cómo evitar el estrés con tu mascota antes de la salida
Es natural estar ansioso por tu mascota: algunas visitas son temidas por los dueños de las mascotas, que pueden perder involuntariamente la paciencia y transmitir inconscientemente su estrés. Por lo tanto, debes comportarte de forma tranquila y relajada frente a tu gato. También deberías considerar la posibilidad de acariciar a tu gato y darle algunas golosinas para que se dirija a su transportín. Colocar una prenda de ropa en el transportín también es un buen consejo que utilizan los dueños de mascotas para reducir su ansiedad.
Utilizar hierbas calmantes
Colocar juguetes empapados de valeriana o cualquier otra planta tranquilizante para gatos en el transportín de tu gato le ayudará a calmarse. También puedes pulverizarlas dentro de su jaula justo antes del transporte. El efecto de estas plantas puede durar sólo unos minutos (no confundir con la hierba para gatos).
Garantizar a tu gato un transporte suave
Si te resulta difícil conseguir que tu gato aguante el viaje en coche, puede valer la pena probar algunos trucos nuevos. Puedes cubrir su jaula con una sábana ligera, para darle privacidad. De este modo, no se verá perturbado por el entorno exterior. Si es posible, no dudes en tomarte unos minutos de descanso para tranquilizar a tu gato, sobre todo si el viaje a la clínica es especialmente largo. Por último, una conducción suave y relajada será bienvenida para evitar cualquier sobresalto.
Utilizar las recompensas
Establece momentos específicos en los que tu gato puede recibir golosinas. Esta puede ser una forma de relajar a tu gato, pero no hay que abusar de las golosinas. Debes determinar el ritmo y si estos nuevos hábitos afectarán positivamente a su comportamiento.
Gestionar la espera antes de la cita
Puede ocurrir que estés presente en un momento de mucha actividad. Para proteger a tu gato de un momento de ansiedad, aislarlo bloqueando su visión de una sala de espera atestada de otros animales puede ser la solución. Esto evitará que tu gato se enfrente al mundo exterior.
Sigo sin poder calmar a mi gato: ¿qué puedo hacer?
El miedo del gato al veterinario se expresa con mayor o menor intensidad. Cada animal es diferente y puede ser más o menos receptivo a las soluciones presentadas. A veces, algunos gatos también necesitan más tiempo.
Toca a tu gato con cuidado
Si tu gato está muy agitado, evita lesiones innecesarias. Ten paciencia antes de meter a tu gato en el transportín. Puedes intentar envolverlo suavemente en una manta. Como envolver a un bebé recién nacido. Esta técnica te permite acostar a tu gato sin hacerle daño y te protege también de los arañazos.
Otra técnica muy conocida es coger a tu mascota por el cuello. Ten cuidado con esta maniobra en gatos adultos. El impacto del peso que se levanta podría ser doloroso. Si sujetas a tu gato por el cuello para inmovilizarlo, recuerda siempre sujetarlo con una mano bajo sus patas traseras.
Habla con tu veterinario
Muchas clínicas tienen salas de espera separadas para perros y gatos. También es posible esperar fuera de la clínica. Otra posibilidad es que un familiar guarde al animal en su coche mientras esperas tu turno. Se te pueden ofrecer soluciones, si es posible, desde cada centro. Acostumbrar a tu gato a ir al veterinario en las primeras etapas de su vida te ayudará a facilitar los viajes. Haz lo necesario para que tu gato esté lo más tranquilo posible durante sus próximas visitas.
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