Al igual que los humanos, los perros pueden estresarse fácilmente. Esto suele ocurrir cuando se enfrentan a situaciones excepcionales. Pero no es necesariamente la única causa. Aunque no siempre es fácil detectar el estrés en tu mascota, puedes reconocer fácilmente algunos de los síntomas y actuar en consecuencia. Pero, ¿cómo reconocer estos signos de estrés en un perro y ayudarle?
Reconocer a un perro bajo estrés
Al igual que nosotros, los perros pueden experimentar estrés y mostrarlo a través de ciertos comportamientos que puedes aprender a reconocer.
Reconocer los cambios de comportamiento
Normalmente, podrás reconocer muy fácilmente si tu perro está estresado. Utiliza tu conocimiento de tu perro y sus hábitos. Esto te permitirá identificar situaciones en las que tu perro no reacciona como lo haría normalmente. Es decir, tu perro reacciona de forma diferente ante una situación común. Por ejemplo, si se niega a moverse cuando quieres pasearle, si no te saluda cuando llegas a casa, o si se niega a comer, etc.
Los perros y los gatos son extremadamente rutinarios. Así que si tu perro rompe esta rutina, probablemente sea porque algo le molesta. La causa puede ser interna (lesión, problemas digestivos, etc.) o externa (ruido, nueva interacción o manifestación de una fobia).
Manifestación física del estrés
También puedes saber que tu perro está estresado si está relativamente agitado y tiene grandes dificultades para calmarse. Puede jadear tanto en reposo como después de un esfuerzo, o salivar excesivamente y a veces incluso ser agresivo. Los problemas digestivos de diverso grado también pueden ser consecuencia del estrés y manifestarse en forma de gases, diarrea o gorgoteos.
La pérdida de pelo, si se produce fuera de los periodos habituales de muda, también podría ser el resultado de un perro especialmente estresado. Comprueba también la posición de las orejas de tu perro. Si suelen ir hacia atrás, tu perro está estresado o se encuentra en una situación infeliz y necesita tu atención.
Síntomas psicológicos
Además de los problemas físicos, un perro estresado también puede tener un comportamiento anormal. En algunos casos, tu perro estará menos atento a tus órdenes y al resto de su entorno. En cambio, se mantendrá centrado en la causa de su ansiedad o no podrá calmarse y mostrará hiperactividad. Puede ladrar sin razón, tratando de llamar tu atención. O puede reaccionar de forma desproporcionada ante situaciones ordinarias (asustado, agresivo cuando se le acaricia o cuando alguien se levanta).
En el peor de los casos, puede autolesionarse. Esto ocurre sobre todo cuando un perro anticipa un periodo de abandono y empieza a estresarse.
Fuentes de estrés
Hay varios factores que pueden estresar a un perro y hacer que se ponga tenso o ansioso.
Un cambio de entorno
Nuestros amigos caninos están muy apegados a su entorno y un cambio en el mismo, como una mudanza, puede ser muy inquietante. Los ruidos también pueden asustar al perro si son demasiado fuertes (fuegos artificiales, bocinas, truenos). Es esencial que identifiques los ruidos que asustan a tu perro y lo protejas de ellos.
Los olores desconocidos o no familiares también pueden desencadenar la ansiedad en tu perro. Aunque no siempre se puede encontrar la causa. Observa a tu perro para tratar de averiguar la causa.
Comprueba que no tienes ningún mueble o ropa nueva que pueda tener un olor desagradable para tu perro.
La salida o la llegada de un miembro de la familia
Cada perro tiene su propio carácter. Algunos perros son muy sociables, pero forzar la interacción con tu perro cuando no quiere no es necesariamente un buen enfoque. Incluso podría ser una fuente de estrés para él. La llegada de una nueva mascota, un niño o cualquier otra persona nueva o extraña puede causar estrés si tu perro no está acostumbrado.
La anticipación de una separación de un miembro de la familia, especialmente de uno al que está muy unido. Ya sea por un periodo corto o largo, esto puede ser a menudo una causa de estrés para tu perro.
El lenguaje corporal o la voz
Un perro está acostumbrado a su humano y puede percibir un cambio en su voz o comportamiento. Esto puede ponerle ansioso si no sabe cómo reaccionar. Por ejemplo, una orden más brusca de lo habitual o simplemente ser más agresivo en tus gestos puede hacer que te tenga más miedo, si no entiende la situación.
Una patología o fobia
Es posible que tu perro se estrese de forma recurrente. Esto puede deberse a que es una raza naturalmente estresada o temerosa. Este es a menudo el caso de los perros de aguas españoles o de los pastores de Shetland. La ansiedad recurrente también puede ser el resultado de un rasgo hereditario. Por ejemplo, si los padres del perro también son temerosos o si pertenecen a una raza ansiosa por naturaleza.
Tu perro puede tener una fobia. Sí, al igual que los humanos, los perros son susceptibles de desarrollar fobias que tendrán un efecto nocivo en tu perro si no le proteges de ellas. Algunos ejemplos son la fobia a las alturas, a los ruidos fuertes como los fuegos artificiales o los disparos, y a veces incluso la fobia a los extraños.
Cómo ayudar a tu perro a afrontar el estrés
Tener un perro estresado es una situación desagradable. Pero, afortunadamente, puede solucionarse con la ayuda de un veterinario, un conductista, algunos cambios en la vida cotidiana o el adiestramiento.
Consulta a un veterinario
El estrés en un animal no es un tema menor y merece toda tu atención, ya que puede provocar daños físicos o psicológicos. Si no estás seguro de cuál es la causa de la ansiedad de tu perro, la mejor opción es consultar a un veterinario. Podrá decirte directamente si tu perro está bajo estrés o si el comportamiento está relacionado con una lesión u otra causa. Además del tratamiento, tu perro puede ser controlado por un veterinario especialista en comportamiento, lo que te permitirá tomar medidas a largo plazo.
Crear un entorno estable
Asegúrate de que tu perro tiene todo lo que necesita. Tu perro necesita sentirse seguro y protegido, y depende de ti para que le proporciones lo que necesita. La comida, el hogar, las actividades, el amor, etc. Todo esto es necesario para que tu perro se sienta bien. Si no es así, tu perro puede sufrir y empezar a mostrar signos de estrés, agitación y, en los peores casos, depresión.
No descuides las actividades deportivas. Tu perro realmente necesita jugar o salir a pasear. Esto permitirá a tu perro liberar el estrés que ha acumulado o evitar que se produzca en primer lugar.
Preparar a tu perro para situaciones inesperadas
Viajes, niños, gente nueva o mudanzas. Nuestras vidas están llenas de altibajos. Desgraciadamente, una vez que su perro sea adulto, le costará mucho enfrentarse a estos acontecimientos, que no siempre comprende. Especialmente si no ha estado acostumbrado antes. Si tu perro es todavía joven, no dudes en enfrentarte poco a poco a este tipo de situaciones. Esto le permitirá, una vez que sea adulto, ser más sociable, no estar triste cuando estés lejos o simplemente no estresarse si no sabe cómo reaccionar ante situaciones excepcionales.
Si tu perro ya es adulto, afronta cualquier situación a la que no se haya enfrentado con la mayor normalidad posible. Esto le demostrará que no tiene nada de qué preocuparse.