El término «rutina» se asocia a menudo con una connotación negativa; lo imaginamos como una especie de rutina que nos agota. Sin embargo, una rutina para perros es sobre todo el establecimiento de hábitos saludables, acciones practicadas regularmente para obtener beneficios inmediatos o a largo plazo. Entonces, ¿por qué es importante tener una rutina para un perro? Veamos cómo establecer una rutina que mantengas a tu perro feliz.
Los beneficios de una rutina para tu perro
A menudo se alaban los beneficios de una rutina matutina para los seres humanos. Sólo en los humanos esta repetición suele centrarse en el desarrollo de habilidades o en la productividad. En cambio, la rutina de un perro está más orientada a su desarrollo y buena salud.
Un entorno de vida
Establecer una rutina establece un entorno organizado para tu perro. Al adoptar un estilo de vida ordenado con prácticas regulares, le tranquiliza y le acostumbra a todos los gestos cotidianos, incluso a los más desagradables. Aunque los imprevistos siempre son posibles, esto mantendrá a tu mascota libre de estrés en el día a día.
Además, la creación de un entorno saludable para tu perro también influye positivamente en su vida. Puede parecer restrictivo para algunas personas, pero en realidad rige su vida diaria y le empuja a la acción. Una rutina adaptada también te anima a organizar mejor tus días.
Adaptación del comportamiento
La rutina hace que tu perro se acostumbre a tu comportamiento, pero también que tú te acostumbres al suyo. De este modo, siempre te resultará más fácil detectar un problema en tu perro. Un comportamiento inusual de tu perro puede alertarte inmediatamente y permitir, por ejemplo, el tratamiento rápido de una enfermedad en una fase temprana.
Además, el adiestramiento de tu mascota es una tarea diaria, especialmente durante los primeros meses de vida en tu casa. Esta rutina educativa tiene la ventaja de fomentar el comportamiento positivo (o la obediencia a ciertas órdenes necesarias), al tiempo que reduce el comportamiento perjudicial.
Reforzar el vínculo
Establecer rituales con tu perro aumentará en gran medida su vínculo contigo. Si eres la persona que le llena el cuenco y/o le saca a pasear, puedes estar seguro de que está especialmente apegado a ti. El aprecio de un perro no tiene límites.
Al igual que pasar tiempo con otra persona crea un vínculo emocional, jugar o acariciar a tu perro es esencial para desarrollar una buena relación con él.
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¿Cómo establecer una rutina para tu perro?
En teoría, hay que establecer ciertas buenas prácticas con el perro desde una edad temprana. Cuanto antes aprenda, mejor. Con un perro mayor, como el que adoptas de una protectora, ten por seguro que las normas básicas suelen estar aprendidas (como el aprendizaje del hogar), y tu perseverancia hará el resto para que se adapte bien a su nueva vida contigo.
He aquí los principios esenciales de las prácticas saludables que debes poner en práctica cada día con tu mascota favorita.
Los horarios fijos favorecen el bienestar de tu perro
Regula la rutina diaria de tu perro con las mismas prácticas en los mismos horarios. Esto asegura la estabilidad en su vida y en la tuya.
En la práctica, alimenta a tu perro a la misma hora todos los días. Esto le permitirá regular su alimentación sin estrés, especialmente si estás fuera durante el día.
Intenta mantener la misma hora para que tu perro salga. Es especialmente importante para el adiestramiento de los cachorros. Y en cualquier caso, te evitará tener que limpiar los restos de tu perro por el tiempo que transcurre entre las salidas. En general, se recomiendan al menos dos paseos cortos al día, así como un paseo más largo para que el perro haga ejercicio.
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Es importante tener en cuenta que cada perro tiene necesidades diferentes. Los perros pequeños suelen tener vejigas más pequeñas y necesitarán salir al exterior con más frecuencia. Además, algunas razas necesitan hacer mucho más ejercicio, como los pastores y los terrier. Depende de ti encontrar el ritmo adecuado.
Estimulación mental
Tu mascota necesita estar ocupada a diario. Hay que estimular sus capacidades tan a menudo como sea posible. Piensa en ello como una higiene mental. Lo ideal es reservar una pequeña sesión diaria.
Esta estimulación puede realizarse mediante juegos lúdicos, técnicas de adiestramiento, aprendizaje de trucos, etc. Los perros, al igual que los humanos, necesitan aprender y practicar lo que aprenden cada día para sentirse bien y felices.
Socialización
Si desarrollas una buena relación con tu mascota, ¡eso ya es muy bueno! Sin embargo, el perro necesita descubrir su entorno y todo lo que lo acompaña. ¿Te has dado cuenta de que un perro olfatea todo lo que encuentra a su paso? Esta es su manera de conocer su entorno.
Socializar a tu perro presentándole a nuevas personas y otros animales es una cuestión real para su salud mental. Está comprobado que los perros que desgraciadamente nunca son paseados por sus dueños (los que les dejan hacer sus necesidades en el jardín, cuando no es un balcón o una jaula) suelen desarrollar problemas de comportamiento.
Descubrir cosas nuevas siempre hará feliz a tu mascota. Le estimulará y le ayudará a adaptar su comportamiento a la situación. Ya sea a través de los olores, dejándole olfatear en el exterior o con la presencia física de otros perros, intenta que tu mascota entre en contacto con otras personas cada día. Así que pasea a tu perro.
Cuidados e higiene
Aparte de la alimentación, la salud de tu perro no suele depender de los cuidados diarios. Sin embargo, se recomienda acostumbrar al perro a ser manipulado lo antes posible. Esto facilitará el cuidado de la higiene, a veces desagradable, o la realización de un tratamiento si fuera necesario.
El cepillado debe hacerse con regularidad, especialmente si tu perro vuelve de un paseo con mucha suciedad. Los perros de pelo largo deben ser cepillados con más frecuencia. Esto también te permitirá inspeccionar su piel y tratarlo contra garrapatas y pulgas.
Lava a tu perro cuando sea necesario, dependiendo de su raza, salud y suciedad. Lavar con demasiada frecuencia puede irritar la piel de tu perro. 2 baños al año suelen ser suficientes. A menudo, un simple cepillado rutinario es suficiente. No dudes en pedir consejo a tu veterinario o a un peluquero canino profesional.
También es importante cuidar de los ojos, los oídos y los dientes de tu perro. Esto puede ser difícil pero necesario, así que ajusta la frecuencia de los cuidados según las recomendaciones de tu veterinario.
Consejos generales
Como hemos visto, una rutina es importante para tu perro. Pero hay que adaptarla.
En primer lugar, practica estos rituales de acuerdo con tu estilo de vida: las especificidades de tu lugar de residencia, la vida familiar en general, tus medios económicos… El factor más importante tiene que ver con tu horario, tanto profesional como personal.
En segundo lugar, respeta la naturaleza de tu perro. Aunque las prácticas sigan siendo las mismas en general, debes adaptarlas a la raza y al temperamento de tu amigo de cuatro patas. Infórmate sobre sus necesidades específicas, porque un Cavalier King Charles y un Boyero de Berna, por ejemplo, no pueden ser tratados de la misma manera.
Busca asesoramiento profesional. Tu veterinario puede ayudarte. Además, no dudes en acudir a un especialista, como un adiestrador de perros o un conductista.
Por último, escucha siempre a tu perro. Estimularlo es una buena idea, pero no lo fuerces. Aprende a comprenderle, sus necesidades y sus deseos. Respétalo como él te respeta, y ámalo como él te ama.