La elección de una correa para perro depende de varios criterios importantes. Por ejemplo: el tamaño del animal, su peso, la actividad prevista, etc. Además, existen muchos tipos de correas en el mercado. Pueden ser clásicas, retráctiles, largas, cortas, etc. Para evitar posibles inconvenientes relacionados con la elección de la correa de tu perro, intentaremos darte toda la información sobre este asunto.
La correa del perro: ¿cómo elegirla?
La correa no es sólo un accesorio práctico para proteger a tu perro, es un dispositivo sujeto a legislación. En efecto, la ley francesa n° 83.629 del 12 de julio de 1983 indica que el uso de la correa es obligatorio en los lugares públicos o abiertos al público para todos los perros. Esto significa que la mayoría de las ciudades francesas están afectadas por un decreto municipal. El objetivo es hacer obligatorio que los perros lleven correa o se arriesguen a ser multados.
Elegir bien la correa de tu perro
La mejor elección es, por supuesto, la que convenga tanto a tu perro como a ti. Esto significa que la estética no debe ser una prioridad, sino la practicidad y la comodidad. Para ser objetivo, es esencial tener en cuenta varios criterios. Por ejemplo, el tipo de cuerpo de tu perro, para que la correa sea vista como un momento de placer y no como un instrumento de tortura.
El tamaño y el peso de tu mascota también son criterios fundamentales. Por supuesto, la elección de la correa dependerá de la finalidad a la que esté destinada. La correa será diferente para pasear o para adiestrar. También será diferente para un paseo por la ciudad y para una excursión al campo.
La mayoría de los expertos en adiestramiento canino recomiendan una correa de nylon o de metal. Tienen la ventaja de ser más resistentes que las correas de cuero. Es importante prestar atención a todos los componentes de la correa. El asa acolchada es uno de ellos y debe tener prioridad a la hora de elegir una correa, ya que si tu perro tiene tendencia a tirar al principio de su adiestramiento, repercutirá en tus manos.
En cuanto a la longitud de la correa, los expertos recomiendan elegir modelos de 1,20 metros. Los modelos demasiado cortos restringirán los movimientos de tu mascota, mientras que los más largos limitarán su control.
El material
El material de la correa también debe ser adecuado para tu mascota. Para un cachorro, es esencial que la correa sea ligera y fina. En este caso, una correa de nylon es más adecuada. Por otro lado, el asa debe ser cómoda para no tener las manos irritadas.
Para un perro adulto, se puede considerar una correa de cuero, siempre que el animal no tienda a morderla. La correa de metal es muy resistente, pero es ruidosa y pesada. Es más adecuada para perros grandes que necesitan estar estrechamente controlados.
Perros de pelo largo
Elegir una correa para un perro de pelo largo requiere un análisis más exhaustivo. Es necesario tener en cuenta la longitud del pelo y elegir una correa para perros grandes con cierres más fiables. Este tipo de correa proporciona una mejor sujeción y evita que se deslice sobre el pelaje en caso de que el perro tire. En cualquier caso, la correa debe ser estable y adaptarse a tu perro para que pasearlo siga siendo un placer compartido.
La correa retráctil
Este tipo de correa se adapta mejor a los perros de hasta 10 kilos. Este dispositivo tiene la particularidad de satisfacer la sensación de libertad de tu perro al tiempo que te permite controlarlo en cualquier circunstancia. De hecho, la correa retráctil te permite controlar la distancia entre ti y tu mascota. Este tipo de correa te permite controlar la distancia entre ti y tu mascota con sólo pulsar un botón de freno para que se detenga o vuelva hacia ti.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que cuando este accesorio se desenrolla a gran longitud, el animal puede ejercer una presión muy importante, a veces de hasta 100 kilos. Además, este sistema puede dificultar que el perro discierna el límite de su independencia.
La correa clásica para perros
La correa estándar para perros suele ser de cuero, eslabones metálicos, metal trenzado o nailon. Es importante tener en cuenta que todas las correas están sujetas a mordiscos ocasionales, que algunos cueros o nylons resisten difícilmente.
Es importante tener en cuenta el peso del accesorio, que es mayor si es de metal, por ejemplo. Esto puede suponer un esfuerzo para el perro, al que le resultará más difícil ignorarlo. La correa estándar se utiliza para perros medianos y grandes. La longitud de la correa estándar depende del tamaño del perro, pero también del tuyo. El objetivo es mantener la correa suelta para que tú y tu perro podáis moveros en armonía. Es obvio que el tamaño de este tipo de correa cambia a medida que el animal crece.
Por último, el asa también es importante. Para tu comodidad, elige un asa acolchada que permita un mejor agarre y que evite accidentes en caso de que tu mascota tire con demasiada fuerza.
La correa corta
Este tipo de dispositivo es adecuado para perros grandes y pesados. La correa corta te permite controlar a tu perro gracias a su corta longitud. Esto evita el riesgo de que tu perro se desequilibre debido a un arranque repentino.
Este tipo de accesorio también debe adaptarse al tamaño de tu perro, teniendo cuidado de que la correa no quede permanentemente tensa. Está pensada para limitar la libertad de un perro que tiende a olisquear todo lo que encuentra a su paso, por ejemplo.
La correa larga para perros
La correa larga permite a tu perro una gran autonomía, dándole una semi libertad sin tener que desatarlo. Este tipo de dispositivo se utiliza generalmente con fines educativos o preventivos. La correa suele tener una longitud de hasta 10 metros, lo que permite al perro moverse libremente. Al mismo tiempo, sin embargo, es posible controlar al perro rápidamente, por ejemplo en caso de fuga.
La particularidad de la correa es que el perro puede caminar sin tener que tirar de ella. Esto permite adaptar la autonomía del perro al lugar y a la multitud. Si hay mucho tráfico, el perro se mantendrá cerca. A medida que el perro adquiere más confianza, y en función de su actitud, se suelta el lastre. Este tipo de accesorio también lo utilizan los adiestradores de perros para que el perro obedezca, pero también las brigadas caninas del ejército o la policía en determinadas situaciones como el rastreo, por ejemplo.