Al igual que en los humanos, un accidente cerebrovascular (ACV) en perros se produce por un mal funcionamiento de la circulación sanguínea que impide el riego del cerebro durante unos minutos. Se trata de una urgencia veterinaria que puede dejar graves secuelas en el cerebro del animal. Aunque esta afección no es tan frecuente en los caninos domésticos como en los humanos, es importante conocer sus síntomas para poder reaccionar con mayor eficacia. En este artículo, Hola Mascotas te revela toda la información que necesitas saber sobre el ictus en perros.
Accidente cerebrovascular en perros: datos clave
Existen dos tipos de ictus en los perros: el infarto cerebral (o ictus isquémico) y la hemorragia cerebral (o ictus hemorrágico).
El ictus isquémico es el más frecuente en los caninos. Se produce cuando una arteria queda bloqueada por un coágulo sanguíneo, impidiendo el flujo normal de sangre al cerebro. Esta forma de ictus priva al cerebro de glucosa y oxígeno. Como consecuencia, el perro es propenso a sufrir trastornos neurológicos causados por una disfunción cerebral.
El ictus hemorrágico se produce por la compresión del cerebro debido a una hemorragia importante alrededor del mismo. Esta hemorragia se produce precisamente en el cráneo del perro y provoca un aumento de la presión intracraneal. Esto puede causar daños en el sistema nervioso central del animal. Este tipo de ictus es más complicado de tratar, pero menos frecuente.
¿Cuáles son las causas de los derrames cerebrales en los perros?
Al igual que en los humanos, la principal causa de ictus en los caninos es el envejecimiento. El envejecimiento de los vasos sanguíneos puede dar lugar a trastornos de la circulación sanguínea que pueden provocar la formación de coágulos de sangre y obstruir las arterias. Los derrames cerebrales en los perros domésticos también pueden deberse a :
- un tumor cerebral que presiona una arteria,
- un aneurisma roto,
- herencia,
- hipertensión arterial,
- un traumatismo craneal reciente,
- intoxicación alimentaria.
Sin embargo, en casi el 50% de los casos, los derrames cerebrales en perros no tienen una causa identificada. Es lo que se conoce como ictus idiopático. Ciertas enfermedades crónicas también pueden aumentar el riesgo de ictus en los perros: cardiopatías, trastornos renales y enfermedades endocrinas.
Los accidentes cerebrovasculares son mucho más frecuentes en caniches, labradores y pastores alemanes.
¿Cuáles son los síntomas de un derrame cerebral en los perros?
El ictus puede producirse repentinamente en perros que parecen gozar de buena salud. En este caso, se dice que los síntomas son agudos y en su mayoría neurológicos. Los síntomas pueden incluir parálisis asimétrica de la cara y las extremidades del animal. Su mandíbula se desencaja de forma repentina e incontrolable. Las extremidades del perro también se ponen rígidas.
En otros casos, el ataque puede ir acompañado de ciertos síntomas
- fatiga y debilidad repentinas
- visión borrosa
- temblores y convulsiones
- pérdida repentina del equilibrio
- cabeza inclinada hacia un lado sin motivo
- marcha tambaleante, impresión de tambalearse,
- coma o pérdida de conocimiento, fases de inconsciencia,
- vómitos,
- desorientación,
- animal que no responde a la voz de su dueño,
- movimiento rápido, espasmódico e involuntario de los globos oculares.
Si observas el más mínimo de estos signos clínicos en tu perro, pónte en contacto inmediatamente con tu veterinario para que pueda tratarlo con urgencia.
¿Qué hacer en caso de ictus?
Lo primero que debes hacer si encuentras a tu perro inmóvil es llamar inmediatamente a tu veterinario. Él podrá darte consejos de urgencia sobre cómo prepararse para llevar al animal a la clínica o mientras esperas su visita.
A continuación, ves con el perro y ayúdale a levantarse si lo intenta. Sobre todo, no te dejes llevar por el pánico, o corres el riesgo de transmitir tu ansiedad al perro. Deja que te lama la mano para que se sienta seguro y protegido. No lo pierdas de vista y vigila todos sus movimientos. Anota en un cuaderno la posición de su lengua, la forma en que te mira, su respiración, la estabilidad de sus ojos, su posición, la hora, su equilibrio, el grado de fiebre… Debes registrar cada movimiento que haga. Toda esta información será de gran ayuda a tu veterinario para conocer el alcance de la dolencia y tomar las medidas adecuadas para aliviar al perro.
Durante el periodo de recuperación, es muy probable que el perro necesite que su dueño le ayude con tareas cotidianas como levantarse, tumbarse, comer o beber. También es probable que su dieta cambie y que no pueda picar. Los jamones y las empanadillas le resultarán más fáciles de tragar. En esos momentos, debes ser paciente y animar a tu compañero canino durante esta difícil etapa de vida.
¿Cómo se trata el ictus en los perros?
En cuanto el veterinario vea al animal, intentará identificar las causas del ictus y determinar su gravedad. Tras examinar al perro, el veterinario podrá establecer un tratamiento que resulte eficaz para tratar al animal y prevenir cualquier secuela. En general, el facultativo puede realizar pruebas específicas para tratar de localizar con exactitud la lesión causante de la patología.
Si el derrame está causado por un problema subyacente (hipertensión, tumor, etc.), es muy probable que a tu perro se le prescriba un tratamiento a largo plazo. Esto limitará el riesgo de recaída.
Si el derrame cerebral de tu perro se debe a secuelas neurológicas, el tratamiento irá seguido de un periodo de reeducación para que pueda recuperar el uso de sus extremidades. Durante este periodo, debes animar a tu perro a descansar mucho. Dormir es una de las mejores maneras de ayudar a tu perro a recuperar sus capacidades cerebrales.
¿Cuáles son las secuelas del ictus en los perros?
La intensidad del ictus y la duración del tratamiento son factores que pueden aumentar las secuelas. Un cerebro que permanece privado de oxígeno y sangre durante mucho tiempo se necrosa, lo que aumenta y empeora las secuelas.
Éstas son algunas de las posibles secuelas de un derrame cerebral en un perro:
- pérdida del gusto, el oído, el olfato y/o la vista,
- problemas cognitivos
- incontinencia
- dificultad para caminar,
- parálisis parcial o total.
Como consecuencia, los perros que sufren un derrame cerebral pueden tener una sensibilidad significativa al dolor. También pueden sentir dolor cuando se les acaricia o pasea.
¿Cómo se puede prevenir el ictus en los perros?
Hasta la fecha, no existe ningún tratamiento ni vacuna para prevenir el ictus en perros. También es más complicado prevenir el ictus con certeza, ya que sus causas pueden ser desconocidas.
No obstante, un estilo de vida sano y equilibrado puede reducir el riesgo de ictus. Así pues, opta por una dieta sana, equilibrada y de alta calidad, adaptada a la raza, el tamaño y el peso de tu mascota. Esto ayudará a ralentizar el envejecimiento de las células del perro y a reducir el riesgo de desarrollar obesidad o hipertensión.
Anima a tu mascota a hacer ejercicio moderado todos los días. Esto reduce el riesgo de desarrollar un gran número de enfermedades crónicas. También debes someter a tu peludo a revisiones periódicas con tu veterinario. Se ha demostrado que si un derrame cerebral se trata a tiempo, puede no tener consecuencias de por vida para el animal. En la mayoría de los casos, los caninos se recuperan muy bien de un ictus y siguen viviendo sin secuelas.
Fuentes: https://www.caniprof.com/sante-du-chien/avc-chez-le-chien
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